martes, 7 de junio de 2011


Fue de repente. Tu mano caliente, la mía helada, pero en pocos segundos se desenfrenó la magia. Un escalofrío entró por mi cuerpo, me subió la temperatura y mi mente se derritió y como tonta sonreí. Tú sentiste mi frío, te dio un escalofrío y la temperatura te bajó, pero como tonto sonreíste y la locura nos devolvió nuestra temperatura. 

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